Hoy vamos a hablar de las infecciones de orina, algo que quizás te suena, y revisaremos cómo deberíamos afrontar algunas de estas situaciones dando a conocer herramientas diagnósticas, como Flexicult, que pueden sernos tan útiles como necesarias en nuestro día a día para abordar su tratamiento.
Los patrocinadores que han hecho posible y sostenible este capítulo han sido:
LetiPharma, patrocinador oficial de la sexta temporada de UnVeterinario – Divulgación Veterinaria
Flexicult de Eurovet Veterinaria patrocinador de este episodio.
Antes de hablar de infecciones de orina…
Tú sabes lo que es una infección de orina, sí, pero hay personas al otro lado que quizás no, así que vamos a empezar haciendo un breve resumen del viaje de la orina para ponernos en situación…vamos a repasar esta historia que fluye por nuestras entrañas.
El viaje de la orina
Los animales, tanto ellos como nosotros, sabemos lo que es hacer pis y es algo que experimentamos diariamente al ver salir ese chorillo que es producto de la depuración y filtrado fino fino que se produce dentro de nosotros.
Hay más cosas que ya sabemos, como que los grandes protagonistas de esta historia son los riñones que están filtrándolo todo. También sabemos que todo ese filtrado sigue un caminito similar al que seguiría Dorothy en el Mago de Oz…una especie de «caminito de baldosas amarillas» del que no se sale y hace que la orina pase por donde tiene que pasar: riñones, uréteres, vejiga, uretra…hasta que…tachan, llega a su destino y estamos haciendo pis.
Este «camino de baldosas amarillas» cuando funciona sin problemas y sigue su flujo hace que vayamos llenando poco a poco ese globito que es la vejiga.
¿Y qué pasa cuando hay síntomas compatibles con una infección de orina en nuestros perros y gatos?
Cuando la cosa no marcha, este proceso puede ser mucho más molesto…aunque esto no siempre significa que estemos ante una infección de orina que tengamos que tratar con antibióticos. Vamos a empezar hablando de esto.
¿Por qué no siempre que orinan mal hay que dar antibióticos?
Eso de que venga alguien con su perro o gato a consulta y diga “¡Uy! Eso va a ser una infección, dale un antibiótico y nos vamos para casa” pues ya hemos visto que no, que así no funcionan las cosas y que no podemos darlos así al tuntún y que la resistencia a los antimicrobianos es algo contra lo que hay que luchar. Sobre todo esto de los antibióticos hemos hablado mucho en el podcast y puedes ampliar información en los episodios 37 y 58.
Lo que sí vamos a hacer en ese episodio es revisar algunos datos que nos trae la última guía sobre el diagnóstico y manejo de las infecciones bacterianas del tracto urinario en perros y gatos, que fue publicada por la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas en Animales de Compañía, conocida por sus siglas en inglés como ISCAID.
Las infecciones del tracto urinario son muy comunes en perros y gatos y son una de las principales patologías en las que se prescribe antibióticos, así que es importante hacerlo bien porque de no ser así, un tratamiento mal prescrito puede derivar en problemas mayores, encarecer todo e incluso ocasionar problemas de salud pública como la temidísima resistencia de la que ya hemos hablado. La buena noticia es que cada vez contamos con más herramientas que podemos utilizar dentro de la clínica para hacerlo mejor y luchar contra las temidas bacterias. ¿Y por qué contra ellas? Porque son las principales responsables de las infecciones urinarias.
Las bacterias y las infecciones de orina en perros y gatos
Ellas, las bacterias, están en todas partes, aunque no las veamos. Las bacterias están en el entorno y también, como no, alrededor de genitales y ano…y además están ahí intentando entrar desde fuera, claro, pero el cuerpo tiene mecanismos para decirlas “Tsch..¡fuera de aquí!” como por ejemplo el chorrillo del pis que las va arrastrando hacia fuera. Por desgracia, a veces, pueden conseguir franquear las puertas de acceso y llegar a la vejiga, continuar subiendo y trepar por los uréteres e incluso llegar con su travesía hasta los riñones. Aquí las hembras salen peor paradas y las bacterias tienen más fácil en ellas el acceso, por eso, habitualmente estas infecciones las vemos más en nuestras pacientes.
En función de donde llegue esa travesía de bacterias pondremos nombre a esa infección pudiendo tener, por ejemplo, cistitis, prostatitis o pielonefritis.
Las bacterias también pueden llegar desde dentro del cuerpo y pueden estar relacionadas con la salud bucodental.
Las bacterias peregrinas también pueden llegar desde dentro, sí, desde el torrente sanguíneo. Recordemos que el riñón es nuestra gran depuradora, así que si está filtrado bacterias que estén diseminadas en la sangre podrán llegar a él también. Algo curioso, que a veces se pasa por alto, es esa relación de bocas muy fastidiadas y con guarrería e infecciones de los riñones.
¿Cómo? ¿Qué? ¿Riñones y dientes? Sí sí, claro, porque las temidas bacterias pueden llegar a ellos desde bocas que sufren infección crónica. Es decir, las bacterias van llegando en poca cantidad pero durante mucho tiempo y acaban haciéndose fuertes en los riñones. Sí, salud bucal y salud renal están también relacionadas, así que levántale el belfo de vez en cuando a tus animales y echa un vistazo en la boca para ver qué pasa por ahí.
¿Hay otros factores que pueden favorecer las infecciones de orina?
Sí, tenemos otros factores que pueden favorecer la aparición de estas infecciones como podrían ser el pH de la orina, alteraciones anatómicas, causas alimenticias que favorecen la formación de cristales o la frecuencia con la que orina el animal. Como veis en esto de las infecciones urinarias tenemos un poco y para todos los gustos: complicadas, no complicadas, esporádicas, recurrentes, de vías bajas o altas…vamos a ver algunas de ellas y también vamos a hablar de una granja y hortalizas.
Infecciones de orina esporádicas en perros y gatos.
Estas son bastante comunes en perros y ocasionalmente también las vemos en gatos. Lo que pasa aquí es que se inflama la vejiga y empezamos a ver esos síntomas tan característicos de que no orina bien, hace poco, le molesta, he visto sangre o lo hace fuera del arenero.
En los gatos, hay que recordar que muchos de ellos pueden presentar estos síntomas, sí, pero no tener infecciones bacterianas, cuidado con esto, así que antes de administrar antibióticos a chorrón, vamos a confirmar si hacen falta.
Las guías ISCAID nos dicen que el ideal de los ideales es hacer un cultivo de orina siempre que sospechemos de una cistitis bacteriana, aunque también hace un pequeñísimo apunte para decir que podría estar justificada una terapia sin realizar cultivo en perros con una cistitis puntual siempre que no haya habido una exposición previa a antibióticos y en situaciones muy concretas.
Eso sí, tampoco te me agarres a esto, que lo que tenemos que hacer es intentar siempre trabajar en condiciones ideales, así que el cultivo siempre hay que recomendarlo y en relación a esto hoy vengo a hablarte de Flexicult, una herramienta fácil, sencilla y asequible que nos puede ayudar mucho con esto, dame unos minutitos que llegamos ahora.
En gatos, además, esto del cultivo es todavía más necesario y debemos confirmar el diagnóstico siempre porque la probabilidad de cistitis bacterianas es mucho menor que en perros. Recordad que los cultivos siempre los haremos de muestras tomadas por cistopunción, es decir, accediendo directamente a la vejiga, no nos vale la muestra del típico botecito de orina.
¿Por qué los cultivos los haremos con una muestra tomada por cistopunción?
La orina en la vejiga es normalmente estéril y al pasar a través del tracto urinario de salida, es decir, al orinar, se contamina con toda esa flora residente que está por ahí. Por lo tanto, la interpretación de esos cultivos con orinas recogidas de forma natural es realmente complicada porque, aunque tengamos resultados positivos, no podremos tener la certeza de si esas bacterias son las responsables.
¿Por qué son tan importantes los cultivos de orina antes de tratar con antibióticos? Porque ese resultado va a ser nuestra brújula para el tratamiento antibiótico. Lo que sí podemos hacer mientras tanto es administrar antiinflamatorios para mejorar la síntomas.
¿Y al acabar el tratamiento es necesario repetirlo? Estas guías nos dicen que para este tipo de cistitis esporádicas realizar un urinálisis o un cultivo tras acabar el tratamiento no sería necesario. De todas formas más adelante en este artículo te cuento algún caso en concreto en que sí puede estar indicado repetirlo.
Cistitis recurrentes en perros y gatos
Las llamaremos así cuando hayamos tenido aproximadamente 2 (o más) en los últimos 6 meses. Si esto pasa lo primero que tenemos que hacer es valorar las causas de base que nos lo está perpetuando, así que el ideal es seguir investigando. Aquí hay un arsenal de pruebas como son la ecografía, radiografía, imágenes de contraste o cistoscopia e incluso puede estar indicado realizar una biopsia.
Como veis al abanico es amplio, pero lo que sí o sí tendremos que hacer en estos casos es ese cultivo de orina para valorar el antibiótico más adecuado para atacar a esas bacterias.
Cultivos de orina y una plaga en una granja
Vamos a hacer un pequeño viaje mental hasta una granja con animales y un huerto maravillo donde tú eres el granjero o la granjera. Un día en tu huerto empieza a haber un sobrecrecimiento de algo que no identificas que lo está fastidiando todo y dices «¿Qué está pasando aquí?». Tienes un misterio, es hora de sacar tu gabardina y tu lupa de detective rural y ponerte a investigar.
Lo que podrías hacer es coger una muestra de esa tierra donde están los problemas y llevarla a un sitio fantástico, con solecito y agua, darle tu cariño, proteger esa tierra de las inclemencias del tiempo y poner todo lo mejor de ti para ver qué crece ahí. Si identificas el problema será más fácil encontrar la solución. Después de cuidar ese pedazo de tierra te crecen unas hortalizas con forma de chirimoya, color de zanahoria y textura de melón. ¡Una cosa rarísima! Llamémosla chirizanahorias amelonadas, sospechas que ellas son las responsables.
¿Qué hacemos para controlarlas en el huerto? Decides que lo mejor va a ser una lucha biológica y que vas a ofrecerle esas hortalizas raras a tus animales para ver quién se deshacemejor de ellas. En cada jaula dejas 1 kg de esa hortaliza misteriosa y al volver al día siguiente compruebas que los únicos competentes para destruir esas chirizanahorias son los conejos.
¿Tiene sentido que ante estos resultados pongas a otros animales a pastar por la huerta para destruir el problema? No, verdad. La lucha la haríamos con los conejos porque hemos visto que son superefectivos destruyendo chirizanahorias amelonadas.
Salvando las distancias, con las orinas pasa un poco lo mismo, vamos a hacerlo bien antes de que nos destrocen el huerto mirando cuál es la mejor opción para destruir al causante del problema.
Eso es lo que hacemos precisamente cuando cultivamos esas orinas, poner las condiciones idóneas para que crezcan las bacterias que generan el problema y luego ver cuál es la mejor forma de acabar con ellas. Las orinas podemos mandarlas a laboratorios externos para realizar cultivos y antibiogramas, pero la buena noticia que te traigo hoy es que también contamos con la posibilidad de hacer esto en nuestras clínicas de forma muy sencilla porque contamos con herramientas diagnósticas como Flexicult.
FLEXICULT de Eurovet Veterinaria
Flexicult es un medio de cultivo de 24 horas diseñado para diagnosticar infecciones del tracto urinario en perros y gatos que identifica y enumera las bacterias en la orina. Es un test sencillo y fácil de utilizar que predice la susceptibilidad de las bacterias frente a 5 antibióticos y nos ayuda a orientar un tratamiento basado en la susceptibilidad bacteriana.
¿Frente a qué antibióticos testamos con flexicult?
- Ampicilina
- Amoxicilina/Clavulánico
- Oxacilina (que es un indicador de Staph. pseudintermedius resistente a la meticilina (MRSP))
- Enrofloxacina
- Trimetoprim / sulfametoxazol (predictor de sulfonamidas potenciadas con trimetoprim)]
¿Y esto cómo lo hace?
Flexicult cuenta con un compartimento grande sin antibiótico, donde crecerán las bacterias a sus anchas, y 5 compartimentos más que contienen una cantidad fija de antibiótico. Todos ellos se cubren con la muestra de orina, tú lo riegas todo y haces que esa orina entre en contacto con el agar y cualquier bacteria que haya ahí se va a adherir a la superficie. Luego todo el conjunto se incuba durante la noche a 35°C, para lo que podemos contar con una incubadora de laboratorio como Cultura M. Gracias a estas condiciones ideales haremos que las bacterias crezcan hasta convertirse en colonias visibles en el compartimiento grande y podamos estudiar su susceptibilidad a antibióticos en los compartimentos más pequeños. Vemos donde crece, donde NO crece, quién es la bacteria que nos está fastidiando y el tratamiento más adecuado. Suena bien ¿eh?
La forma de interpretarlo es muy sencilla porque la placa contiene un sustrato cromogénico, que hace que las colonias bacterianas o el agar aparezcan con diferentes colores dependiendo de la bacteria.
¿Cuánto tiempo debemos tratar las infecciones de orina en perros y gatos?
Estas guías dicen que anteriormente las duraciones recomendadas eran largas. Esto sigue en revisión y cada vez se recomiendan duraciones más cortas. En medicina humana varios estudios respaldan terapias de corta duración para la cistitis bacteriana aguda y recurrentes y las guías ISCAID nos dicen que no existen evidencias en perros o gatos que respalden o refuten esta afirmación en veterinaria, así que el criterio clínico siempre va a ser el que tenga la palabra final.
Una opción bastante extendida es tratar con analgesia, como los AINES, mientras esperamos los resultados del cultivo…y si no lo hemos hecho así y hemos empezado a tratar directamente con antibióticos de forma empírica, al recibir el resultado del cultivo tendremos que reevaluar si tenemos que elegir otra medicación.
Las últimas recomendaciones publicadas que estamos viendo hablan de considerar duraciones cortas, de entre 3 y 5 días, para la reinfección y apuntan a que pueden ser razonables cursos más largos de tratamiento, entre 1 y 2 semanas, en infecciones persistentes y potencialmente recurrentes.
¿Debemos repetir los cultivos de orina durante el tratamiento?
Cuando optamos por tratamientos más largos es razonable realizar un cultivo de orina a la semana de iniciar el tratamiento.
¿Y esto por qué? Porque los cultivos positivos nos indicarán la necesidad de evaluar si se está cumplimiento bien el tratamiento o realizar pruebas diagnósticas adicionales para determinar por qué la bacteria no ha sido eliminada. Los resultados negativos, en cambio, podrían utilizarse para ayudar a determinar cuándo suspender la terapia.
¿Y para dar el alta debemos hacer más cultivos tras haber finalizado el tratamiento?
Esto es una opción que podemos considerar a la semana de haber suspendido los antimicrobianos en animales donde se haya documentado la cura clínica, pero no tanto para ver si necesitamos más tratamiento, sino cuando estamos ante cistitis recurrentes y queremos ir más allá con el diagnóstico, porque estos resultados nos ayudarán a diferenciar entre recaída, reinfección e infección persistente, pudiéndonos guiar en posibles pruebas diagnósticas futuras.
Pielonefritis
¿Qué pasa cuando la infección está por ahí arriba, a nivel de los riñones? En este episodio hemos hablado de que las infecciones urinarias también podían venir de dentro llegando a afectarles a ellos, lo que conocemos como pielonefritis. En este caso el diagnóstico y tratamiento puede complicarse. Y a nuestra batería de pruebas sumaremos algunas como el hemocultivo, analíticas de sangre para ver si tenemos más parámetros alterados y también valoraremos si la Leptospira puede estar haciendo de las suyas, de ella ya hablamos también en el episodio 46.
Infecciones subclínicas
Esto también sucede en muchas ocasiones. La presencia de bacterias en la orina sin síntomas asociados puede suceder, pero no va directamente de la mano con que tengamos que tratar. Estas guías nos recuerdan que a veces vemos al microscopio bacterias y sedimentos activos, pero no tenemos que volvernos locos a dar antibióticos desde el primer momento porque la presencia de bacterias en orina no implica automáticamente que necesitemos un tratamiento, recordemos que no tratamos datos, tratamos pacientes. Así que en ausencia de signos clínicos de cistitis o complicaciones infecciosas, la bacteriuria subclínica no debería tratarse de manera rutinaria.
En perros y gatos sanos esto podemos verlo en porcentajes que van del 2% al 12% aproximadamente, así que cuidado con tratar a estos pacientes donde vemos alguna bacteria al microscopio pero no tienen síntomas porque podríamos estar aumentando la temida resistencia antimicrobiana. De todas formas si quieres ampliar más información sobre cómo actuar en estas situaciones te remito a estas guías completas que van a aportarte muchos más datos y escenarios de los que yo te puedo contar por aquí porque siempre puede haber matices importantes a valorar en función de cada caso.
Conclusión
Con lo que quiero que te quedes es con ese mensaje tan machacón como necesario en el que vemos que el uso de antimicrobianos siempre debería estar respaldado por datos objetivos que nos indiquen cuál es la opción más adecuada para hacerlo así y con Flexicult contamos con una herramienta muy útil para poder implementarlo dentro de nuestras consultas de forma fácil y efectiva, algo que van a agradecer nuestros pacientes, sí, pero también nosotros, porque para los antibióticos y sus resistencias, nosotros también somos animales y cuanto antes lo aceptemos mejor nos irá.
Si quieres escuchar el episodio completo puedes hacerlo aquí:
Enlaces asociados a este episodio:
Flexicult de Eurovet Veterinaria, patrocinador de este episodio
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